EL HUERTO Y LA LUNA
Jesús, después de morir
fue sepultado en un huerto
y arropó su cuerpo yerto.
Todos los suyos,
se fueron con su dolor;
tan solo el huerto veló
aquel cuerpo destrozado.
Tan solo el huerto esperó,
como siempre había esperado.
Y mientras ellas, llorosas,
inquietas y minuciosas,
los aromas preparaban
y las vendas, una a una:
El huerto, solo esperaba,
el huerto solo y la luna.
que, de aquella semilla muerta,
cuando se cumpliera el tiempo,
Nueva Vida brotaría.
cuando apuntaba el alba
y los gallos impacientes,
comenzaron a cantar:
La luna llena y el huerto;
todos los ojos del huerto
lo vieron RESUCITAR.
Por eso…
yo tengo amor a los huertos.
Sembrándolos y viéndolos
resurgir, siento gran felicidad;
los huertos tiran de mí.
y una esperanza sin nombr
me hace oír las Palabras,
Las Pisadas de Aquel Hombre
en cada huerto sonar.
madruga cada
mañana
y, me lleva caminando al
Encuentro del Señor.
Por que . . .
resuena en los huertos,
como el eco de su Voz
que, a veces, parece hablar;
y, en los ojos de la luna
veo sus Ojos brillar.
Y, creo…
que cada humilde hortaliza
lleva, en sus genes grabado:
y, la energía latente…
de Jesús Resucitado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario